Se había armado para ser campeón de la Liga Nacional de Básquetbol. Se lo habían propuesto cuando confeccionaron un equipo duro para la Libcentro y lo reforzaron para la liga. Al final, Colo Colo lo consiguió. Y en un lugar inexpugnable para todos, el Fiscal de Castro, donde los locales estaban invictos.
En el último partido de la serie final, los albos vencieron a los chilotes como visita por 84-70 y se quedaron con el título, luego de ganar la serie por 3-2.
Tras un inicio parejo, el quiebre de la final fue el segundo cuarto. Los castreños se desconcentraron en el arranque de ese parcial, lo que aprovecharon los albos para sacar una ventaja necesaria. McCullough, que iba entibiando su mano con cada tiro, fue el puntal de la ofensiva del Cacique. Al descanso se fue con 18 unidades y cerró el partido con 27.
Y no sólo en el ataque se vio sólido a Colo Colo. Si en los dos primeros partidos, las torres chilotas de Terrance Thomas y Emmanuel Okoye dominaron las pinturas a su antojo, la defensa alba mejoró en ese ítem. Jorge Valencia bajó 11 rebotes y él, junto al trabajo de Osvén Ledezma y del mismo McCullough permitieron neutralizar el juego alto de los isleños.
También hubo aprovechamiento de los errores locales. Como nunca, en sus 16 partidos anteriores como local, se vieron erráticos y los números los ratificaban. Bajos porcentajes de conversión de Thomas y Juan Fontena (se fue al descanso con uno de ocho) y casi nulo acierto de triples no servían para recortar la distancia que, de a poco, los albos iban aumentando.
Todo eso sumó para que Castro se fuera a camarines tras marcar sólo 11 puntos. Ahí se fue diluyendo la ilusión isleña para su segunda corona. El ingreso de Julius Holt para el tercer cuarto buscaba ordenar el ataque castreño, pero no fue así. No por culpa de él, sino que de una mezcla de la impericia general del equipo y porque Colo Colo apretó en ambos lados del juego.
Y tal como sucedió en los juegos de la serie en Santiago, Colo Colo mató al rival en el tercer parcial. No fueron los mismos números de esos cotejos (8 y 14 de diferencia para los albos, respectivamente), fue peor para Castro: fueron 18. Apenas nueve unidades para el local en su peor partido en el Fiscal. Y en el peor momento.
Castro se la jugó completamente en el último cuarto. Gonzalo Velásquez (28 puntos) levantó a punta de los aciertos que no llegaron antes al equipo y lo metió en pelea, quizá inesperadamente dado el trámite del partido.
Pero O’Louis McCullough, el mismo que brilló durante todo el año para los albos, cerró el ímpetu castreño con una volcada. El partido, la serie, el campeonato se cerró con ese doble de estadounidense que lo celebró con todo junto a la banca.
También se cerró el invicto chilote y los años de espera de Colo Colo. Desde 1997, cuando dejó la Dimayor tras jugar la final ante Universidad de Concepción, que los albos no estaban en el básquetbol. La espera en el parquet terminó de la forma más inesperada, robándole la fortaleza a Castro y poniendo en su escudo su primera estrella de la Liga Nacional, que se suma al título de la Dimayor de 1996.
Diario La Tercera
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