Lágrimas por un inmerecido descenso. Parece que existe una maldición en el deporte pacense que le impide disfrutar y le condena a sufrir una y otra vez.
Un año y once días después del histórico ascenso a la Liga Femenina, aquellos abrazos de alegría en La Seu D´Urgell se transformaron el sábado ayer en abrazos de un dolor desgarrador en Badajoz después de que el Extremadura Dato hiciera un partidazo impresionante ante el Celta Vigourbán, venciéndole por 70-59 pero su íntimo enemigo, el Mann Filter Zaragoza, ganara al Irún Hondarribia por 81-77.
Las jugadoras de Fernando Méndez hicieron lo que tenían que hacer: ganar su partido e informarse de los últimos segundos del encuentro en Zaragoza, abrazadas al lado del banquillo. Al final, todos lamentaron el descenso pese a hacer una gran temporada.
fuente: lacronicabadajoz.com
Un año y once días después del histórico ascenso a la Liga Femenina, aquellos abrazos de alegría en La Seu D´Urgell se transformaron el sábado ayer en abrazos de un dolor desgarrador en Badajoz después de que el Extremadura Dato hiciera un partidazo impresionante ante el Celta Vigourbán, venciéndole por 70-59 pero su íntimo enemigo, el Mann Filter Zaragoza, ganara al Irún Hondarribia por 81-77.
Las jugadoras de Fernando Méndez hicieron lo que tenían que hacer: ganar su partido e informarse de los últimos segundos del encuentro en Zaragoza, abrazadas al lado del banquillo. Al final, todos lamentaron el descenso pese a hacer una gran temporada.
fuente: lacronicabadajoz.com
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