Partido trepidante, de infarto, de afición, en el que Grupo Esode hizo alarde de casta para sacar adelante el envite ante un rival durísimo, de altura, que tuvo a las locales contra las cuerdas en los últimos momentos del encuentro.
El encuentro comenzaba marcado por una previa con dos premisas: si Grupo Esode se resarciría de la derrota en el último segundo en la ida y por otro lado si sería capaz de superar la eterna altura de las jugadoras visitantes. Los primeros minutos fueron de desacierto local mientras que por contra las visitantes seguían la lógica de su guión. Así Silvia mesa protagonizó los 6 primeros puntos de Picken sin que la defensa individual lorquina pudiese pararla y en ataque se marraran hasta 7 ocasiones de lanzamiento. Con cierto temor nos fuimos a un tiempo muerto que corrigió errores y que además dio salida a Jelena en pista. Suya fue la primera parte, con sus tiros de larga distancia y el mayor acierto exterior de las nuestras.
El encuentro comenzaba marcado por una previa con dos premisas: si Grupo Esode se resarciría de la derrota en el último segundo en la ida y por otro lado si sería capaz de superar la eterna altura de las jugadoras visitantes. Los primeros minutos fueron de desacierto local mientras que por contra las visitantes seguían la lógica de su guión. Así Silvia mesa protagonizó los 6 primeros puntos de Picken sin que la defensa individual lorquina pudiese pararla y en ataque se marraran hasta 7 ocasiones de lanzamiento. Con cierto temor nos fuimos a un tiempo muerto que corrigió errores y que además dio salida a Jelena en pista. Suya fue la primera parte, con sus tiros de larga distancia y el mayor acierto exterior de las nuestras.
La diferencia se fue enjugando poco a poco e incluso se revertió para llegar al fin del primer cuarto con un marcador de 18-13.
El arranque del segundo dio continuidad a lo visto en el final del primero. Jelena encestando de forma continua hasta que se le acabó la gasolina. A partir del minuto tres (27-15) no volvió a ver más aro. El testigo ahora pasó a las jugadores interiores locales que se mataban en defensa para parar a las torres valencianas y llegaban demasiado asfixiadas para seguir bregando en la pintura del equipo de Claret. Éste, con una zona muy ajustada defendía a la perfección su aro a la vez que se hacía dueño del rebote defensivo y también del ofensivo, muy bien cerrado en la primera parte por Daniela especialmente. Con un ajustadísimo 35-34 se llegaba al descanso y lo que es peor, a un futuro incierto.
El tercer cuarto obligó a Grupo Esode, tal vez por cansancio, a colocar su defensa en zona para impedir la triangulación interior que tanto daño estaba haciendo. Tras varios intentos de escapada por parte valenciana, algunos destellos de calidad local consiguieron enjugar los arreones visitantes para dejar la ventaja de estas en 45-47. En un juego de “pollos sin cabeza” el ardor de Jenni iba atisbando que el partido lo decidirían los bemoles.
El último cuarto parecía marcado por la decisión de Picken de llevarse a casa el triunfo y pisó el acelerador. Con tres minutos de cuarto las de valencia ganaban de cinco, su mayor ventaja, las azulonas agachaban cabeza y la corbata empezaba a apretar en los cuellos de la esplendida afición lorquina. El último cuarto y decisivo fue para Nadia. Su esfuerzo denodado en ataque hizo ver a los trencillas los bofetones que se gastaba la defensa local. Rapiñó alguna canasta inverosímil y además anotó con frialdad desde la línea de castigo, el exelente juego desde bajo la tabla de Mery Paz, marco la diferencia puesto aporto con varios rebotes claves dentro de los 30 minutos de juego que tuvo y sumo a eso los 10 ptos que le dio a su equipo.
El arranque del segundo dio continuidad a lo visto en el final del primero. Jelena encestando de forma continua hasta que se le acabó la gasolina. A partir del minuto tres (27-15) no volvió a ver más aro. El testigo ahora pasó a las jugadores interiores locales que se mataban en defensa para parar a las torres valencianas y llegaban demasiado asfixiadas para seguir bregando en la pintura del equipo de Claret. Éste, con una zona muy ajustada defendía a la perfección su aro a la vez que se hacía dueño del rebote defensivo y también del ofensivo, muy bien cerrado en la primera parte por Daniela especialmente. Con un ajustadísimo 35-34 se llegaba al descanso y lo que es peor, a un futuro incierto.
El tercer cuarto obligó a Grupo Esode, tal vez por cansancio, a colocar su defensa en zona para impedir la triangulación interior que tanto daño estaba haciendo. Tras varios intentos de escapada por parte valenciana, algunos destellos de calidad local consiguieron enjugar los arreones visitantes para dejar la ventaja de estas en 45-47. En un juego de “pollos sin cabeza” el ardor de Jenni iba atisbando que el partido lo decidirían los bemoles.
El último cuarto parecía marcado por la decisión de Picken de llevarse a casa el triunfo y pisó el acelerador. Con tres minutos de cuarto las de valencia ganaban de cinco, su mayor ventaja, las azulonas agachaban cabeza y la corbata empezaba a apretar en los cuellos de la esplendida afición lorquina. El último cuarto y decisivo fue para Nadia. Su esfuerzo denodado en ataque hizo ver a los trencillas los bofetones que se gastaba la defensa local. Rapiñó alguna canasta inverosímil y además anotó con frialdad desde la línea de castigo, el exelente juego desde bajo la tabla de Mery Paz, marco la diferencia puesto aporto con varios rebotes claves dentro de los 30 minutos de juego que tuvo y sumo a eso los 10 ptos que le dio a su equipo.
Pero lo que es más importante impregnó de sacrificio a sus compañeras, que comenzaron a creer en la victoria. El juego torpe en ataque dio paso a la rapidez de movimientos ofensivos traducidos en canasta. La defensa individual de libro.
A falta de un minuto se empataba el encuentro. A su final se ganaba de seis (64-58). Todo alegrías y abrazos, un equipo hecho piña.
Y así, como en tiempos de Lope, en el que todo un pueblo unió esfuerzos para acabar con su comendador, el domingo hubo un equipo que se pulió los dientes en la pista para liquidar sus propios demonios: “¡todos a una!”, sí señor, como en Fuenteovejuna.
Y así, como en tiempos de Lope, en el que todo un pueblo unió esfuerzos para acabar con su comendador, el domingo hubo un equipo que se pulió los dientes en la pista para liquidar sus propios demonios: “¡todos a una!”, sí señor, como en Fuenteovejuna.
Fuente: baloncesto eliocroca - españa
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