El base está molesto por la actitud de algunos miembros del equipo y se los hizo ver a todos. "Hablan mucho, pero en la cancha no se ven nada", señala.
Se había acabado hace minutos el partido de Chile contra Uruguay, y Erik Carrasco hervía de rabia. Así lo veía él: habían sido dominados por un equipo que, con todas las diferencias del caso, era abordable, dejando pasar gran parte de la chance de jugar un Premundial después de veinte años.
El problema para el armador es que sentía que sólo él lo veía así: tras notar en la cancha que algunos compañeros no mostraron una actitud a la altura de la circunstancia, dejó el Arena Puerto Montt indignado. El conductor dijo algunas palabras al pasar, que ayer -ya más tranquilo y después de hacérselas ver a sus compañeros en la charla matinal- ratificó: "Me duele porque he puesto todo mi corazón en este proceso. Nos hemos matado durante cuatro meses para que algunos salgan a la cancha y hagan lo que les da la gana. Me duele que a nadie le duela como a mí y esto es tan generalizado que a veces pienso que soy yo el que está mal, el equivocado".
El problema para el armador es que sentía que sólo él lo veía así: tras notar en la cancha que algunos compañeros no mostraron una actitud a la altura de la circunstancia, dejó el Arena Puerto Montt indignado. El conductor dijo algunas palabras al pasar, que ayer -ya más tranquilo y después de hacérselas ver a sus compañeros en la charla matinal- ratificó: "Me duele porque he puesto todo mi corazón en este proceso. Nos hemos matado durante cuatro meses para que algunos salgan a la cancha y hagan lo que les da la gana. Me duele que a nadie le duela como a mí y esto es tan generalizado que a veces pienso que soy yo el que está mal, el equivocado".
-¿Qué es específicamente lo que no le gusta?
"No me gusta que cada uno entre a la cancha y trate de salvarse solo. Yo soy conductor y podría meterme detrás de una cortina y lanzar todo el rato, terminar anotando 15 puntos, que todos digan que jugué bien y que el equipo pierda por veinte. Pero yo entiendo que tengo que hacer lo que el técnico y el equipo piden de mí. Acá muchos se salen de los sistemas y si entran los tiros, bien, si no, mala suerte. Somos más lentos y tenemos menos físico que el resto, por lo que si ni siquiera podemos ser disciplinados y solidarios no tenemos opción".
-¿Nota falta de actitud?
"Es lo que molesta. Todos podemos cagarla. Yo la cago y tengo autocrítica, pero me duele cuando eso pasa. Entiendo que nunca más tendremos una chance así: jugamos de locales, con meses de preparación y se trata del último Sudamericano con (Patricio) Briones. Pero a algunos compañeros les da lo mismo perder".
-¿Falta liderazgo en el equipo? Alguien que vaya y rete al resto..."Yo lo hago".
-¿Y qué pasa?
"Nada, no pasa nunca nada. Dicen que hay que meter, que ahora sí, pero en la cancha no se ve eso. Yo cuando pierdo no me voy riendo y echando la talla del gimnasio, porque ésta es mi profesión y la selección es lo más importante".
-¿Se siente poco comprendido?
"Es que nadie sabe de básquetbol, por eso me da lata hablar a veces. La gente en el gimnasio tampoco sabe: creen que el que hace más puntos es el que juega mejor. Hay mucha ignorancia".
R. F. N.
Fuente: Diario El Mercurio
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