lunes, 31 de marzo de 2014

OSORNO: LAS LECCIONES QUE FORJARON AL CAPITÁN DE "PLATA"

Destacado por compañeros y rivales, el base osornino Erik Carrasco lideró el equipo de baloncesto que obtuvo el segundo lugar en los pasados juegos Odesur: Con el mismo ímpetu que demostró de niño en su barrio de Francke, el líder de la "Roja" cestera se ha forjado un camino en la disciplina que lo tiene encumbrado entre los mejores del país.
Los jugadores con huevos merecen mi respeto". Lo dijo Julio Lamas, el entrenador de Argentina, una vez concluida la final de los Juegos Odesur, que enfrentó a su equipo y Chile en la disputa por las medallas de oro el domingo 16 de marzo.

La frase estaba dirigida al jugador osornino y capitán de la "Roja" cestera Erik Carrasco Follert, quien fue -ajuicio de los expertos- uno de los más destacados de la disciplina y lider indiscutido del equipo que consiguió una histórica medalla de plata en el torneo subcontinental.

Por ello, la frase del adiestrador trasandino terminó simbolizando el carácter y la garra que ya se ha convenido en una marca registrada del jugador nacido en el banjo Francke.

Chile perdió, pero la lección que entregó Erik es que los partidos se juegan hasta el último minuto, hasta el último segundo y respiro. Hasta que suene la chicharra. Es de aquellos jugadores que tienen "oficio", que
manejan los tiempos y el juego en cualquier instancia. Su carácter es así, fuerte, a veces polémico y siempre encarador.

Así lo reconoce su familia. Nacido en Francke, Erik jugó, vivió y pasó casi toda su vida en este tradicional sector de la comuna. En aquel lugar, junto a sus ocho primos disfrutó de soleados días de verano en Pucatrihue y lluviosos otoños e inviernos en la dudad. En dichas calles forjó su carácter y la disciplina que años más tarde lo acercarían a ser el referente deportivo para muchos chicos del sector y la ciudad.

Proveniente de una familia en la que los padres se habían separado, Erik siempre se destacó por la unidad que mantenía la señora Marlene, su hermano Christian y él. "En las buenas y en la malas", como dicen ellos. De niño le decían -y todavía- "Cachete chico" y así es conocido entre amigos y familiares. Viene de herencia. "Patrimonio" de su hermano
mayor.

CARÁCTER

Y justamente fue él quien lo influenció en muchos aspectos. "No siempre fue así. Cuando era niño, los compañeros se pasaban sacándole la mugre...es que era demasiado tranquilo.

Por eso le enseñé a defenderse de los abusadores. El problema es que la primera vez que tuvo que pelear, dejó a un compañero en el hospital", dice Christian. De ahí nunca más volvió a ser lo que fue. No le servía.

Carácter que unió al deporte y creó una simbiosis de virtudes que hoy, le hacen ser reconocido a nivel nacional e internacional. Lo confiesan sus formadores al decir que "cuando supo unir el ímpetu que tiene con la disciplina del deporte, se volvió un jugador diferente".

Y aunque algunos todavía duden de su talento porque nunca jugó en el extranjero, muy pocos saben que las ofertas que le llegaron de fuera,
siempre las rechazó. Para Erik lo más importante siempre fue la familia Fue su prioridad y todavía lo es.

La señora Marlene, su madre, lo confirma. "Me llama todos los días, siempre estamos en contacto y si fuera por él, yo creo que se vendría a Osorno para estar con nosotros. Yo lo echo de menos, pero la vida es
así y cada uno de los chicos debe seguir su rumbo", confiesa con amor de mamá y se delata en su voz.

Como toda madre, se apura en aclarar lo bien que se portaban sus hijos cuando eran pequeños y que era dificil separarlos, ya que Erik dificilmente se despegaba de su hermano. Ahí es justamente donde salen a relucir esas historias que no se le cuentan a una mamá.

"Desde pequeño siempre fue muy seguro de sí mismo, nunca lo vi asustado o nervioso; además era muy buen actor", dice Christian, recordando algunas de esas historias que todavía lo hacen reír. "Una vez en un control de carabineros, nos iban a sacar un parte, pero no recuerdo el porqué... el tema es que mi hermano a su corta edad era muy buen actor. Creo que tenía como 9 años y le pedí que se hiciera el enfermo delante del carabinero y lo hizo muy bien jajajajaja!"...nos salvamos, de hecho nos escoltaron hasta el hospital", confiesa riéndose.

Otra. Christian es pelado, ¿la razón? "mi calvicie se debe a todas las veces que se enojó conmigo. Se colgaba de mi pelo y no aflojaba... ¡eran puñados de pelo los que me sacaba! Él siempre fue regalón de mi vieja. Le decía a ella que yo le pegaba y mi madre me sacaba la cresta. Así se vengaba de mí", confiesa.

FUTBOLISTA

Las declaraciones de julio Lamas no sorprenden a la familia y en cierta medida Erik las acepta con naturalidad. No es algo nuevo para él escuchar esos comentarios de un rival de cancha.
A su hermano no le cabe ninguna duda que hayan dicho eso y otras cosas a lo largo de su carrera. Lo considera un tipo luchador y también 'gruñón", pero con cariño. Sabe que su carácter lo convierte aveces en un jugador polémico, pero necesario.

Por otro lado la señora Marlene se declara hincha de lo que hace Erik: "cuando estaba en Osorno lo iba a ver siempre, alentándolo". Por eso está acostumbrada a las finales infartantes y cuando va a Santiago -pues actualmente defiende los colores de Boston College de Maipú-, salen en familia, en masa, en grupo a apoyarlo.

"Mis dos hijos son maravillosos. Erik nunca fue salidor. A ellos siempre les gustó el deporte y Erik ni siquiera salía", dice Marlene. «siempre dio todo por lo que le gustaba. El fútbol y el básquet eran su pasión, pero finalmente eligió el último", reconoce con orgullo, principalmente por las condiciones innatas que tiene "Cachete" para los deportes.
Lo mismo dice Christian. "Mi hermano siempre fue ordenado en su vida, siempre se cuidó, hubo mucha disciplina y sacrificio, prácticamente no salía de nadie. No fumó ni bebió. En resumen, nada de carrete". Los hermanos Carrasco Follert siempre fueron buenos para las actividades deportivas.

PRIMER DT

"Si las circunstancias de la vida hubiesen sido otras, ahora Erik de seguro estaría jugando a la pelota", explica la madre. Lo mismo dice quien tuvo por primera vez ojo clínico para ver sus condiciones.
Carlos Schwarzenberg, su primer entrenador en el Colegio San Mateo, confiesa que tuvo que convencerlo para que finalmente optara por el básquet y dejara el fútbol. "Una lástima también, porque este chico tenía unas condiciones excepcionales para la pelota. Extraordinarias".

Y le costó convencerlo, ya que el actual base de la selección le decía a su entrenador que el fútbol sí daba plata y el básquet no. "¿Y ahora qué piensas?", le dice Carlos cada vez que tiene oportunidad de ver a su pupilo en la cancha, sabiendo que es uno de los jugadores más valorados de la liga chilena desde hace anos. Por eso la influencia que ejerció Schwarzenberg fue fundamental en la decisión que actualmente lo tiene como puesto fijo en la selección nacional.

Fácil no fue, ya que desde niño Erik fue fanático del Colo Colo y participó de series juveniles de fútbol en Osorno. De haber sido otras las circunstancias, tal vez su futuro se hubiese definido pateando un balón. Incluso, los más cercanos dicen que hoy en día le sigue gustando más el fútbol.

Y aunque Erik confiesa estar agotado por un proceso que involucra tanto el deporte como los estudios -cuna tercer año de Educación Física en la Universidad de Las Américas-, se siente feliz. Sabe que obtener una medalla de plata en un Sudamericano es un logro que el país no alcanzaba desde el lejano año 1949.

El proceso para él fue increíble, de principio a fin y que culminó con la visita al Palacio de La Moneda y el recibimiento de la Presidenta Bachelet. "Para mí fue inolvidable".

Si bien siente que éste ha sido el logro más grande de su carrera, no deja de recordar que algunos países estuvieron ausentes. Parece molestarle de algún modo.
El apoyo de la familia fue fundamental. "Muchos me vinieron ayer y otros simplemente no pudieron. Una prima en Francia se quedó hasta las tres de la mañana esperando los partidos. Mi hija en Iquique vio todos los partidos y me llamaba todos los días. Mi mamá me acompañó hasta la final", dice contento.

Ser valorado por el contrario, para Erik es un orgullo tremendo, sobre todo si es desde Argentina, donde el nivel es tremenda Lo enorgullece. «Es mi característica. Puedo jugar bien, puedo jugar mal, pero la pasión y el corazón son cosas que no salen en las estadísticas, pero que son importantes dentro de la cancha".

Y aunque confiesa que algún día le gustaría volver a su ciudad, también admite que en el Boston College lo han tratado demasiado bien y en cierta forma quiere devolverles todo lo que le han entregado. "Me han hecho sentir como un referente, se han portado demasiado bien conmigo", explica.

Aún así Erik no descarta volver en un futuro a su querido Francke, eso, si se dan todas las condiciones. Y si de algo sabe en la vida, es que las condiciones se forjan con el esfuerzo y la disciplina que siempre lo han caracterizado.

Investigación a jugadores

La polémica por la denuncia de abuso interpuesta por la madre de una jugadora menor de edad del plantel femenino de básquetbol de Chile, en la que estaría involucrados tres elementos de la "Roja" masculina, no dejó indiferente al capitán. "Es un hecho que hay que aclarar, ya que nadie más que los involucrados sabe realmente la verdad". De la misma forma, señaló que espera lo que determine la justicia para referirse más profundamente a lo sucedido. Por otro lado, el capitán de la selección sintió que lo ocurrido empañará el desempeño que tuvieron ambas ramas de la disciplina en los Odesur. "Finalmente se terminó hablando más del incidente que de lo que logró".

Diario Austral de Osorno

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