“Tengo mis principios, y entiendo la responsabilidad de una manera clara. Se trata de un hecho que considero de extrema gravedad y me preocupa que se tomen medidas para que estas cosas no ocurran más”. Con esas palabras explicó César Suárez, hasta ayer gerente general de la Federación de Básquetbol de Chile (Febachile), a El Mercurio los motivos de su renuncia al cargo que lo tenía con responsabilidad de mando sobre las selecciones absolutas del baloncesto chileno en Odesur 2014 y que protagonizaron un escándalo en su hotel de concentración, incluida una denuncia por violación contra una menor de edad perteneciente al equipo femenino.
Suárez declaró al periódico que su renuncia es indeclinable y que las eventuales renuncias de otros dirigentes y entrenadores es responsabilidad de cada uno de ellos. “Eso (las renuncias) depende de la ética de cada uno. Yo doy la cara por la federación y siento que es mi deber hacerlo y tomar esta decisión”, dijo a El Mercurio el ex dirigente.
Suárez también tuvo palabras puntuales para cada entrenador: “Yo conozco a Miguel Ureta y sé que hace las cosas bien. Tiene una gran trayectoria con los menores. A Ricardo González no lo conozco mucho. No estoy atribuyendo responsabilidades a nadie. Lo que sí creo es que se deben analizar muy cuidadosamente los informes de lo que pasó. Tanto de los técnicos como de otros funcionarios. Lo único que yo digo es que no hay que echar la basura debajo de la alfombra”.
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