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14 Versión Encestando una Sonrisa
Los cruzados con un espectacular segundo tiempo vencieron 71 a 58 a la Universidad de Concepción y se clasificó a la final del certamen a beneficio.
El duelo decisivo se jugará hoy a las 21 horas en el gimnasio del Club Palestino frente al poderoso cuadro argentino de Boca Juniors que derrotó en el partido de fondo a Boston College con un apretado 84 a 80.
Si los jugadores de la UC hubieran planeado la final del Encestando una Sonrisa, seguramente en su imaginación existirían muchas semejanzas a lo que hoy es realidad. Porque primero la Católica pudo “vengar” su derrota con la Universidad de Concepción sufrida el domingo pasado en la Dimayor, segundo porque fueron protagonistas de ese triunfo varios de los jóvenes valores del Basket UC, por lo que el plantel poco a poco se comienza a ampliar, tercero porque absolutamente todos querían jugar contra Boca Juniors por la jerarquía que tiene el equipo argentino y cuarto porque su rival de mañana debió luchar y mucho para doblegar a Boston, por lo que llegarán con más desgaste a la final.
Pero para que el quinteto de Miguel Ureta pusiera su nombre en el duelo más importante del campeonato debió luchar mucho, no en vano enfrente estaba el campeón de la Dimayor, y el equipo que días antes había vencido sin contemplaciones a los cruzados en la misma cancha.
Sin embargo, pese a los malos antecedentes, la Católica, que no contó con Christian Díaz por lesión, salió con todo a la cancha, imponiendo su juego desde el comienzo gracias a dos triples de Felipe Contreras, el manejo de tablero de Jorge Schuler y Sascha Frings y la certeza de Fernando Schuler, además de la movilidad de Scott Rodgers. Elementos que le permitieron a la UC terminar los primeros 10 minutos ganando 18 a 13.
Aunque en el segundo tiempo la historia cambió. Los cruzados ya no eran los dominadores del juego, sino que el partido comenzó a pertenecer la Universidad de Concepción, que con Evandro Artega como bandera de lucha, ya sea por su capacidad de anotar triples, como también para habilitar a sus compañeros, la visita pasó arriba en el marcador tras el fin del primer tiempo en ventaja de 34 a 27, marcador que revivía los fantasmas del fin de semana anterior.
Miguel Ureta justamente para evitar aquello, mandó a su equipo más joven, tras el descanso entraron Molina, Frings, Álvarez y los hermanos Schuler. Apuesta que resultó de inmediato porque con la frescura de la juventud, la UC comenzó a remontar el duelo, amparada en una muy buena defensa y sobre todo en la efectividad del 32 de la Católica Sascha Frings, que se colaboró con 13 anotaciones en ese cuarto además de la cantidad de rebotes ganados tanto en ofensiva como en la defensa.
Pero además de Frings, en este cuarto cabe destacar los dos triples espectaculares convertidos por Jorge Schuler.
Con el partido a favor de la UC 49 a 47, el último tiempo se hizo apasionante, sobre todo porque la Católica debía confirmar el alza ante un equipo que presentaba lo mejor y que no quería quedarse fuera de la final.
Pero fue ahí donde el quinteto de Miguel Ureta se hizo más fuerte que nunca, el Coke Schuler y Frings clausuraron el tablero, mientras que Nando (el hermano chico de Coke) y sobre todo Felipe Contreras hacían daño por los costados. El Yiyo anotó en 8 ocasiones, las que en parte fueron gracias al aporte del americano Scott Rodgers, que en la última parte del partido subió su nivel.
Así la Católica terminó de escribir una victoria que es muy importante, porque la pone un escalón más cerca del objetivo final que es ganar el Encestando una Sonrisa, un campeonato que la Católica ha organizado 14 veces y jamás ha podido ganar.
Y más allá de que este campeonato es benéfico, si ha durado tantos años, es porque entre otras cosas, los que lo juegan no quieren perderlo, por eso y por el rival al que se le ganó, se valoró el doble la victoria, tal como lo dijo Miguel Ureta: “Nos cobramos revancha de una derrota muy dura y felices porque el partido lo sacaron adelante jugadores que habían tenido muy pocos minutos, y cuando tu logras reponerte de la caída del otro día, quedas muy contento”.
Pese a que el peso del equipo lo llevaron los jóvenes como Frings, Álvares, Molina y Schuler, el entrenador del Basket UC no se sorprende por la capacidad de la savia nueva: “No estoy sorprendido, lo que sí jugaron con mucha garra y eso es importante, tuvieron muchos deseos de ganar y eso al final es lo más importante para nosotros”.
“Jugamos bien en equipo y no dependía de quien entraba, todos cuando entramos lo hicimos bien, confiados y teniendo claro que más que las individualidades debíamos jugar colectivamente, sabemos que tenemos un plantel amplio y cualquiera puede jugar y rendir al máximo, todos somos un aporte” Fue la explicación que encontró Fernando Schuler para la buena actuación de la “patrulla juvenil”.
Palabras similares a las dichas por Tomás Álvarez: “Todos tenemos ganas de jugar siempre, por eso cuando nos dan una oportunidad, tratamos de salir a jugar, contentos además porque vamos contra Boca, y ¿Cuándo vamos a tener otra oportunidad de jugar un partido así? Imagínate”.
Mientras que la figura de la cancha Sascha Frings, tras el juego se sintió aliviado: “Menos mal, me pude destapar después de haber jugado el primer semestre muy bien, había bajado el nivel, lo pude retomar en el torneo que era especial para eso y feliz porque ganamos y porque los jóvenes jugamos bien. Queremos jugar con todo para tratar de ganarle a Boca Juniors”.
BOCA VENCIÓ A BOSTON COLLEGE
Para hoy la actividad comienza a las 19 horas con el juego por el tercer puesto entre la Universidad de Concepción y Boston College, dejando para las 21 horas la gran final, la que jugarán la UC de Boca Juniors.
Los argentinos se ganaron su pasaje en un partido electrizante y con emociones hasta el final. En parte el triunfo fue construido por la inédita puntería del americano Moodie, que tuvo un fugaz paso por la Universidad de Concepción en Chile hace algunos años, y que anotó entre dobles, triples y tiros libres 35 goles para su equipo, marcando diferencias en un partido muy ajustado y emocionante.
Fuente: lacatolica.cl
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