La Selección Chilena de Básquetbol (Masculina), acaba de terminar su participación en el 45° Sudamericano de Selecciones, jugado en la ciudad de Resistencia, provincia de Chaco, Argentina. Esta vez, “La Roja del Basket” tuvo un irregular proceso en la preparación, iniciando con el técnico argentino Juan Manuel Córdoba, en un plan de renovación y terminando con el también trasandino Guillermo Edgardo Vecchio, que tuvo que echar mano a jugadores experimentados. ¿El resultado de todo lo anterior? El mismo de los últimos 29 años: Peleando con Colombia y Paraguay por un quinto puesto.
Los últimos años en que Chile se ubicó entre los cuatro primeros fue en 1979 y 1981. Esto coincidió con que, a partir de ahí, Venezuela se metió entre los cuatro grandes (Brasil, Argentina, Uruguay) producto de la creación de la Liga Especial de Baloncesto. Chile, en tanto, también inició una Liga, la DIMAYOR, en 1979, pero nunca pudo despegar.
Hoy en día, la situación en el básquetbol chileno es caótica. Conviven tres ligas en el país: DIMAYOR, Liga Nacional y LIBSUR. Esta última, desde 1999, es la única que obliga a tener series menores y nunca ha tenido apoyo de la Federación de Básquetbol de Chile, sino de la empresa privada: SAESA. Los jugadores se reparten en las tres ligas y no se enfrentan entre ellos. No hay un sistema de pases coherente, los reglamentos de cada una son distintos, no hay competencias internacionales para los jugadores o cuando participan en Liga Sudamericana o Liga de las Américas, se llena de extranjeros que vienen ´por el torneo´, más refuerzos nacionales. El trabajo de los clubes es mínimo o nulo en la formación, salvo contadas excepciones. La Liga Movistar obliga a jugar tres cuartos a un Sub-18, jugadores que no tienen ni siquiera una formación coherente y que deben entrar a la cancha con adultos a pasar la pelota a sus compañeros. De los 12 nominados a la Roja del Basket que participó en Resistencia, 7 se formaron en LIBSUR. Y así, suma y sigue…
La guinda de la torta a todo el caos interno es la Selección Nacional. La culpa no es de los jugadores, pero tampoco alzan la voz ante tanta irregularidad. Son una parte del problema, quizás la menor: La Punta del Iceberg. Se arma un proceso ´joven´, de renovación, apostando a 5 años para obtener frutos y en medio del proceso se cambia todo. Jugadores suspenden sus estudios y al mes ya están desafectados del ´nuevo proceso´. Aparece el coach Guillermo Edgardo Vecchio a encabezar este nuevo reto, cambian los objetivos, cambia el ´verso´, ya no iremos nunca a más a PARTICIPAR a los torneos, ahora iremos a COMPETIR. Mucho más fácil decirlo que hacerlo.
Estamos en pleno proceso, el objetivo ahora es ´ser parte del mapa de FIBA´, aparecer en el ránking, el cual es encabezado por EE.UU. seguido por España y Argentina en el tercer lugar. El último de ese escalafón es Togo, en el número 82. Paraguay, por ejemplo, que nos ganó por el 5° puesto en Resistencia, figura en el puesto 55.
Los números son fríos, bajo la dirección de Vecchio, Chile jugó 14 partidos, ganó 3 y perdió 11. Partidos Internacionales sólo ganó 1, a Colombia en Resistencia.
La solución se ve lejana. Miguel Herrera, actual presidente de Febachile, cada vez que es abordado por los medios, le echa la culpa al empedrado. El problema es de los jugadores, de la Dimayor, o del técnico de turno. Dimayor aportó 6 jugadores al actual proceso de Vecchio en el Chaco, del quinteto titular sólo Isla no jugó en Dimayor el último año, pero lo había hecho en toda su trayectoria anterior. Es decir, DIMAYOR le aporta la base de la Selección y Herrera le hace la guerra. En la nómina joven que llamó Juan Manuel Córdoba, ante de Vecchio, no había NINGUN jugador joven de los obligados por la Liga Movistar. La mayoría de las selecciones de menores se nutren de la LIBSUR, ya que al menos, semana a semana, sus series menores juegan partidos.
Los que amamos este deporte, por sobre las personas y los procesos, soñamos con que alguna vez en Chile se regularice todo. No hay que inventar la rueda, es cosa de mirar más allá de la cordillera de Los Andes, Argentina es el ejemplo a seguir. Hay que unificar las ligas, tener buenos formadores, competir a nivel internacional, buscar talentos e incentivarlos a seguir esta disciplina, remar todos para el mismo lado.
OCRAM
basket.cl
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