lunes, 9 de marzo de 2009

LA NOSTALGIA DEL PRIMER AMOR

Hoy se cumplen 30 años del nacimiento de la DIMAYOR, el torneo que se jugó con 8 equipos en el sistema Todos contra Todos, tuvo a Thomas Bata de Peñaflor como su primer campeón.
Los protagonistas de la primera liga cuentan, 30 años después, cómo fue ser pioneros en el básquetbol criollo.
"Una vez fuimos a jugar al sur y al Polilla Santana (Jorge, el entrenador) no le gustaba dejarnos salir en la noche. Nos dejaba encerrados. Pero yo era cerrajero, así es que igual pude abrir la ventana y nos escapamos con Miguel Amor de la concentración. Lo pasamos muy bien y volvimos como a las cuatro de la madrugada. No nos dimos ni cuenta y ya estábamos entrenando, a las 8 de la mañana, pero no nos pillaron. Como hacía frío nos pusimos unas capuchas en la cabeza y pasamos colados".
José Cassab (hoy entrenador en el Deportivo Playa Ancha) fue escolta en el quinteto del Club Esperanza, recordado por su juego poco ortodoxo: eran jugadores más bien corpulentos ­ destacaban nombres como los de Luis Gianelli, Franklin Hoy, José Rosales y Fernando Escudero , pero que ponían el corazón para enfrentar a rivales que los superaban en técnica. Y se entusiasma al revivir épocas de gloria, en que Valparaíso era centro neurálgico del baloncesto nacional.

Han pasado 30 años y no son pocos a los que les cuesta recordar ese primer torneo. Para qué hablar de documentos de la época. No existen ni siquiera en la sede de Dimayor. Sólo lo que consignaron los diarios de la época.

"Uff. Ya casi ni me acuerdo. Es que han pasado muchos años", es la respuesta casi habitual, como lo dicho por Pedro Sartori, quien preguntó "

¿está seguro que yo jugaba en Famae ese año? Ah, sí. Me queda como recuerdo un corvo que me regalaron los militares y que era de la Guerra del Pacífico... Fui de refuerzo desde Banco del Estado".

Thomas Bata, Unión Española, Famae (todos de Santiago), Esperanza y Sportiva Italiana (de Valparaíso), Español de Talca, Naval de Talcahuano y Universidad de Concepción dieron vida a la primera Dimayor en 1979. ¿Diferencias con la competencia actual? Varias. No había playoffs ganó el que sumó más puntos en la temporada regular , la inscripción de extranjeros fue libre y no existían los tres puntos.

"Mucha gente quería un torneo que uniera a las ciudades; y los gimnasios casi siempre estaban llenos. A mí me tocó estar en el salto inicial con Esperanza", recuerda Francisco "Paco" Martínez, hoy presidente de Boston College y quien en 1979 defendió los rojos colores de Unión Española, un equipo que dio que hablar y que en sus filas contaba con jugadores de la talla de Julio Córdova, Lorenzo Pardo y Edgardo Arismendi, entre otros.

"Era otra época, más romántica. Cuando viajábamos los dirigentes eran los encargados de preparar los sandwichs que comíamos. Una vez teníamos que ir al sur y estaban todos los pasajes agotados. Tuvimos que partir en un bus pirata, que no entró al terminal, donde nos estaba esperando la prensa, y llegamos caminando al hotel", continúa.

Recuerdos del timonel A Jorge O'Ryan, hoy presidente de la Universidad Católica, 1979 lo encontró estudiando en el sur. Por eso jugó esa primera liga con los colores de Naval. "Teníamos un plantel extraordinario, con muchos ingenieros que trabajaban en la empresa y algunos jugadores de la zona. Me acuerdo que había muchas restricciones para entrar a la Base Naval de Talcahuano, donde entrenábamos a la hora de almuerzo. Nos daban todo, pero yo estaba complicado porque tenía que tratar de llegar a las clases de la tarde en la Universidad Católica", asegura quien años más tarde alcanzaría la gloria con los colores cruzados.

"Era una liga mucho más chica, pero había jugadores extraordinarios. Estaba la generación que dejó Dan Peterson (un estadounidense que dirigió a la selección chilena) y jóvenes que venían surgiendo. Había mucho fervor en las ciudades", agrega O'Ryan.

El clásico lo jugaban precisamente ante Universidad de Concepción, que ese año incorporó a dos panameños a su plantilla (Mario Gálvez y Fernando Pinillo), bajo la conducción técnica de Juan Morales. "Pero Gálvez, que era muy bueno, jugó por la selección de su país y no volvió más... Éramos el equipo de los chatos, por la baja estatura, y casi todos estudiaban en la universidad. Nos dimos el gusto de haberle ganado al campeón Bata", relata el hoy dirigente de Huachipato Pedro Reyes.

El fortín talquino
Quizás si una de las plazas más complicadas para sacar puntos era Talca. Allí, en el mismo gimnasio Municipal que sigue acogiendo a Español, el equipo de los hermanos Herrera (Patricio, el entrenador, y Manuel, el conductor) se hacía respetar.

"Mantuvimos el equipo que jugaba en los nacionales de selecciones y la liga nacional de asociaciones, así es que nos conocíamos de memoria y teníamos el esquema de juego asimilado. Muchos, como yo, jugábamos en el Ferroviarios de acá o en distintos equipos de barrio de Talca. No teníamos tantos jugadores, pero en casa costaba que nos ganaran", comenta el hoy entrenador Manuel Herrera.

"Algunos de nuestros rivales le echaban la culpa al público o a cualquier cosa, pero nuestro básquetbol era bien atractivo. Agresivo, rápido y utilizábamos mucho el lanzamiento externo... Los viajes eran sacrificados, eso sí. Casi siempre nos repartíamos en los autos de los dirigentes. Una vez nos perdimos toda una noche porque nos metimos por una cuesta. Y todo por ahorrar, casi nos perdimos un partido en Concepción".

Otro histórico chileno es José "Pipa" Verdejo, quien defendió los colores de la Sportiva Italiana que peleó, palmo a palmo, el título de la Dimayor inaugural con Thomas Bata, el primero en alzar el trofeo de los mejores en la que hoy es la principal liga cestera criolla. El porteño tiene muy fresca su experiencia en Talca.

"Logramos ganar allá, que no era una cosa fácil, y tuvimos la mala suerte de que se cortó el agua en toda la ciudad. No nos pudimos bañar en el camarín y la solución fue ir al grifo que había en el Cuerpo de Bomberos. Y ahí estábamos todos, transpirados, con el equipo, haciendo fila para lavarnos en medio de un frío terrible", recuerda entre sonrisas.

"Bata nos ganó el título porque tenía más plantel nomás, pero nuestro equipo se conocía prácticamente de memoria. Aplicábamos marca individual y teníamos una gran virtud para el ataque", explica Verdejo, a quien lo secundaban jugadores como Jorge Antolucci, Óscar Fornoni, Víctor Bahamondes, Ricardo Valdés y José González.

Recuerdos de la edición que inició la historiaFaltaban dos fechas para que terminara la Dimayor de 1979 y Thomas Bata, hasta ese minuto torneo del campeonato, tuvo que desplazarse hasta Talcahuano para jugar con Naval.

"Fue un partido muy cerrado, pero lo ganamos. Y a falta de un partido nos coronamos como los campeones", recuerda el ahora técnico de las divisiones inferiores de Universidad Católica, Alejandro Coloma.Unos meses antes de ese torneo, Universidad de Chile había sido campeón del "Erasmo López". De ese quinteto, cinco jugadores pasaron a Thomas Bata para la Dimayor, entre los que se encontraban Daniel Araya, Pedro Toro, Milenko Skoknic y el propio Coloma. La dirección técnica quedó en manos de Germán Correa.

"En ese tiempo era emocionante el básquetbol. Además, Bata era un equipo de jugadores nacionales. Éramos muy buenos. Rápidos y con buena defensa. Y no sólo jugábamos Dimayor los sábado y domingo, porque los martes y jueves participábamos en la competencia de la Asociación Santiago... Eso ahora ni se sueña", finalizó.

Juan Esteban Codelia
Agosto de 2004
Fuente: El Mercurio

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