Capitán de la UdeC recuerda lo difícil que fue la temporada y más aún la final ante Liceo Mixto. Ya carga las pilas para la temporada 2013.
Casi la mitad de su vida lleva Evandro Arteaga (30) en Universidad de Concepción. Llegó a los 19 y hoy es una de las piezas gravitantes en el combinado cestero que el pasado fin de semana logró el título Dimayor ante Liceo Mixto en Los Andes, el cuarto de su historia y el primero después de 13 años de largos de espera (el último fue en 1998).
"Este logro es algo que venía buscando hace mucho. La verdad es que era el torneo que nos faltaba por ganar y lo conseguimos con mucha dificultad", explica el pequeño pero habilidoso escolta de 1,75 metros.
Y de qué forma lo consiguieron.
Igualada la llave 1-1 tras los dos primeros lances en el Juan Muñoz Herrera, luego vino el 2-2 en la Casa del Deporte con esa impensada derrota en el cuarto partido.
"Recuerdo que en toda la serie los únicos cuartos en los que definitivamente no pudimos encontrar nuestro juego fue en el primero del segundo partido y en el último de ese fatídico cuarto encuentro que se nos escapó en la Casa del Deporte. Ese fue un golpe durísimo de superar porque nos afectó en lo psicológico. Pero teníamos que sobreponernos, volver a los entrenamientos, y preparar todo para el partido en Los Andes", rememora el capitán del Campanil.
El título no sólo signficó romper el maleficio de la sequía de copas, sino que además fue una suerte de desquite por la final perdida en el torneo 2011-2012 en abril de este año ante Liceo Mixto. "Aquella vez llegábamos como candidatos y no se pudo. Ahora fue distinto, porque el equipo era más joven (junto a Eduardo Marechal son los más experimentados del actual plantel) y tuvimos que sortear baches en el camino", añade.
"Y este título, repito, fue duro. Porque en semifinales tuvimos que ir a un máximo de partidos para ganar al igual que en la llave final. Fue agotador, demasiado extenuante, pero igualmente se disfruta más", agrega.
Confiesa que tras la derrota en la Casa del Deporte y que obligó a definir a un quinto partido "se sentía algo de pesimismo. Decían que era otra final perdida, que Liceo corría con ventaja y que habíamos dejado nuestra oportunidad. Pero las personas que de verdad estaban con nosotros tenían confianza".
De hecho, así lo sintió cuando llegaron a Los Andes en bus. "Estaba nuestra hinchada y también mi familia, esa que me acompaña a todas partes en forma incondicional, mi padre, mi madre, mi hermano y mi polola. Es que ellos ven el esfuerzo, el que sacrifiqué cosas, reuniones y encuentros. Y lo entienden. Y cuando ven que el objetivo se alcanza, es incomparable", explica.
POR OTRO TÍTULO
Evandro está a las puertas de tener el cartón de ingeniero comercial en la Universidad de Concepción. "Me faltan cinco ramos para terminar la carrera y el examen de grado que debería ser a fines de marzo o abril. Ahora espero ponerme al día y ver cómo rindo mis evaluaciones y que salga lo mejor posible. De hecho, ya tengo la tesis lista y aprobada", acota.
Por fortuna cuenta en el respaldo de los docentes: "Prácticamente todos los "profes" tienen buena voluntad, saben que juego y están al tanto de cómo va el equipo. Y después del título los comentarios y felicitaciones han llovido, mensajes, e-mails y vía Whatsapp".
LO QUE VIENE
A Evandro le queda un año más de contrato en el equipo... pero ahora sólo quiere disfrutar y descansar. "Ya veremos cómo afrontamos el próximo año. Me gustaría que el torneo fuera un poco más largo y con más equipos. Ojalá la liga siga creciendo y lleguen más equipos después del bajón que sufrió en 2009 y 2010.
Diario El Sur
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