miércoles, 12 de septiembre de 2012

LO QUE VIENE PARA EL BASQUETBOL CHILENO

Se cierra la primera mitad del año, y junto con ella vuelve la discusión de cuál es el mejor camino para que nuestro basket logre salir de la crisis organizativa en que se encuentra, crisis que parece no acercar posiciones dado el conflicto de intereses entre dos grupos que tienen ideas, pero a la vez intereses y ansias de poder. Y así la pista se pone muy pesada. En Basket.cl damos a continuación un vistazo del escenario actual, además de como se viene el resto del año en nuestro basket.

El primer semestre siempre es sinónimo de esperanzas al ver como la Libsur moviliza a más de 700 basquetbolistas en cuatro categorías todos los fines de semana, 80% de los cuales son menores de 18 años. La final del domingo entre Ancud y Español de Osorno fue transmitida en vivo por internet (CoolTV) y tuvo una audiencia sin precedentes para transmisiones de este tipo en Chile, la que incluso fue retransmitida para Ancud y Castro por señales locales de cable. Y ahora esbozan la posibilidad de estructurar dos divisiones con decenso, e incluso la posibilidad de incluir extranjeros en la categoría máxima. Sin duda un sólido ejemplo a seguir, por historia y organización. Libcentro ha tratado de recoger el desafío este año, con menos clubes pero con al menos una serie joven jugando como es la U17.

Igual caso las ligas femeninas, que en su versión adulta coronó a Leones de Quilpué como campeonas al derrotar a la ULA y las U17 que alzaron a Boston College. Ambos campeonatos si bien es cierto han resultado un tanto cortos, lograron un nivel interesante, con la participación de jugadoras nacionales de primer nivel y también extranjeras; un buen paso.

En varones, la Federación reafirma por segundo año a la Liga Nacional, que contará con 16 equipos y que mostrará un buen nivel, pero a la vez grandes diferencias entre los tradicionales animadores y aquellos clubes que participan con más ganas que pretensiones, buscando una linda primera vez y quizá dar el salto en un futuro próximo.

Al igual que en la edición 2011 tendrán algún grado de protagonismo en el sur: Alemán de Concepción, Osorno, Deportivo Valdivia, Castro, Las Ánimas de Valdivia, y prácticamente confirmado en los últimos días la presencia de Ancud. En la otra zona con seguridad los animadores serán un grupo un poco más reducido, pero igualmente competitivo y con expectativas, liderados por Boston College y Leones de Quilpué, seguidos por Puente Alto y Sagrados Corazones entre otros.

Párrafo aparte en el esta mirada a la Liga Nacional para Español de Talca. Luego de dos años en Dimayor tras haber formado parte de la disidencia a fines del 2009, se vuelven a restar de la misma para ingresar a la liga organizada por la Federación, e irán con un buen contingente de jugadores retornados los cuales fueron la base de Maxibasquetbol Chillán que participó en Libcentro. Podrá decirse que resulta sorpresivo y difícil de entender, especialmente considerando que dentro de la dirigencia hispana se encuentra Luis Cerda (histórico regente de Dimayor) quien esta vez vela por los intereses del “Quijote” y paradójicamente opta por dar la espalda a la organización que luego del quiebre producido el 2009 parece lejos de reverdecer laureles.

Podrá parecer subjetiva la apreciación, pero lo cierto es que desde su “reorganización” Dimayor se transformó en una competencia que, liderada por el grupo opositor a la Federación no ha cobrado suficiente fuerza como para despegar ni organizativa, ni competitivamente hablando. Sin ir más lejos, los dos últimos años, antes del inicio podía asegurarse que los animadores de las instancias finales serían Liceo Mixto y la Universidad de Concepción. Y así no más fue…. los dos trofeos pasaron a engrosar las vitrinas de Cornejo y compañía en Los Andes. Y ambos han sido seguidos por la UC, el propio Español (que ya no estará) y han tenido como única excepción y agradable sorpresa a Unión Española que con una hoy sólida e histórica estructura institucional de la mano del fútbol, ha participado con el afán de levantar la liga, llevar a la televisión y difundirla. Hasta ahí todo suena bien, pero no caemos en perjurio al decir que a pesar de los esfuerzos y de las cosas rescatables aportadas por gente valiosa, Dimayor aún no logra volar sola. En términos de competencia, hoy se ven señales de que la época de hegemonía de Los Andes en la competición está amenazada: Liceo Mixto tiene complicado el armado de su plantel respecto de la última temporada, pero el cetro se sabe de antemano que no saldrá de un grupo muy reducido de aspirantes.

Y es que el factor económico tan relevante para la actividad, se ha visto históricamente abordado en un gran porcentaje de los casos por el entusiasmo de empresas o particulares como especie de “mecenas” que colaboran y mantienen vivo el fuego. Y bajo esa figura, aparece otra entidad para tomar la plaza de Español y con ganas de hacerse notar: Tinguiririca de San Fernando se llevó a nombres importantes bajo la dirección técnica de Cristian Santander. Sin duda alguna, con dos buenas elecciones de extranjeros pueden dar pelea a UdeConce y Mixto.

Y ya que hablamos del factor económico, pasamos nuevamente a la otra vereda. El aporte de la Federación para reclutar cartas foráneas resulta un incentivo que para algunos es tan atractivo como discutible, dado que de cierta forma subvenciona la falta de capacidad de muchos clubes para autogestionarse y lucir soventes en sociedad. Y ahí surgen dos incógnitas: la primera es por cuánto tiempo se mantendrán estos aportes; y la segunda es de qué forma se puede garantizar que esos dineros lleguen a destino en forma ordenada y oportuna, a sabiendas de los problemas que hubo la temporada pasada donde pasados varios meses los aportes no eran aún liberados y donde incluso hubo casos de jugadores que la tuvieron complicada y se negaron a jugar como medida de presión, optaron por otra oportunidad laboral o simplemente volvieron a sus países de origen con inconvenientes en el pago de sus remuneraciones.

Como se puede concluir, pros y contras hay de ambos lados de la vereda.

¿Hagamos ciencia ficción por un rato? Pensemos que el día de mañana se consigue el tan ansiado acercamiento de posiciones entre Federación y Dimayor, y se logra conformar una sola gran liga profesional jugando al menos 6 meses al año. En ella están los mejores clubes y además se mantiene al menos una serie menor jugando en paralelo con jugadores listos para ir nutriendo los planteles mayores al cabo de dos o tres años. ¿No sería acaso una continuidad ideal de la temporada para la consolidada Libsur y tal vez la naciente Libcentro? Es más, imaginemos que parte de eso puede replicarse en el basket femenino. Sin lugar a dudas se mantendría un nivel de competencia y organización que permita el tan ansiado despegue de la actividad en nuestro país, que permita ir al concierto internacional con alguna aspiración, no solo a competir y apostar a un golpe producto de una buena racha, de la suerte, de un buen momento o de una buena pareja de extranjeros en el ámbito de clubes.

Ahora, ¿Qué debe pasar para lograrlo? En primer término, pensar en el deporte por sobre todas las cosas, dejar de lado los egos y compartir con altura de miras ese poder que ha sido la gran piedra tope. Los opositores dicen que la salida de Miguel Herrera este año de Febachile es una oportunidad, y puede que tengan en parte razón, pero probablemente también se requiera disposición y concesiones de ellos mismos, y por qué no también la aparición de aires e ideas frescas que sean un real aporte al sueño de tener una estructura sólida que tenga en una buena Liga el primer gran paso. La buena noticia es que a partir de eso, el crecimiento debiera ser una consecuencia. Es de esperar que prime la cordura y la fuerza nos acompañe.

Basket.cl

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