Aunque a Nelson Martínez, presidente del básquetbol viñamarino, ya le llegó oficialmente el comunicado de su par porteño, Eduardo Haye, que confirma la deserción de los equipos de Valparaíso de la Ligaval, el dirigente no renuncia a la idea de poder terminar la competencia y solucionar el impasse que provocó la agresión de un jugador de Forestal contra un árbitro.
Para lograr eso, primero tiene que esperar a que regrese al país Haye (quien se encuentra de viaje en México) y juntarse con el coordinador del cuerpo de jueces de la V Región, César Pereira. "Tuvimos una reunión con los presidentes de los clubes de Viña y la postura es poder salvar la liga. Aunque se tengan que realizar ajustes en el campeonato queremos que se pueda terminar", indica.
"UN HECHO AISLADO"
Respecto de lo ocurrido en el Fortín Prat, que desencadenó la postura de los jueces de no volver a participar en el certamen interciudades, lo que a su vez llevó a "bajarse" a los clubes del Puerto, Martínez comenta que "todos condenamos la violencia, pero fue un hecho aislado. Creo que es importante finalizar el torneo de manera digna para tener la posibilidad el próximo año de hacer una tercera versión", sin descartar que el jugador que cometió la falta pueda recibir una sanción ejemplarizadora.
Además, el directivo advierte que por un convenio con la Federación, los jueces están obligados a arbitrar los partidos de los campeonatos que las asociaciones locales organicen. "No hemos pensado en buscar alternativas fuera de la Región, pero tampoco podemos depender de un solo cuerpo arbitral… nosotros como liga vamos a aplicar con el máximo de severidad las faltas que se cometan, pero creo que es una falta de respeto para todos que terminemos así el campeonato".
Es por este motivo que mañana Martínez dará una conferencia de prensa en el gimnasio Arlegui para explicar los detalles del plan que tiene para mantener con vida la Ligaval, que en su segunda versión le entregaba la oportunidad de disputar más partidos a los jugadores pertenecientes a clubes que no participan en la Libcentro o la Movistar.
VIÑA CONTRA VALPARAÍSO
Su visión es compartida por mucha gente ligada a los cestos porteños y de la Ciudad Jardín que no está de acuerdo con la decisión de terminar la liga de forma tan abrupta. "El tema no es tan simple, acá la responsabilidad es de todos, yo no comparto eso de culpar sólo a los árbitros, pero pienso que la liga debería haber seguido igual", indica el técnico de Unión Española, Ricardo Recabarren, quien cree que la raíz del problema radica en el antagonismo histórico de ambas asociaciones.
"Cuando un juez comete un error nadie los sanciona, creo que efectivamente el nivel está mucho más bajo que antes, pero pienso que habría que hacer un campeonato regional con una entidad independiente a la cabeza porque a veces parece que las asociaciones están haciendo un "gallito"", apunta.
"JUSTOS POR PECADORES"
Para los jugadores, el golpe del término de la Ligaval también fue fuerte. "Es una vergüenza que los dirigentes apoyen a los árbitros, si estas cosas pasan en todas partes y en todos los deportes, cuando la gente reacciona mal para eso están las sanciones", asegura el capitán de Sagrados Corazones, Joaquín Oliver, quien añade que "no se puede para un campeonato y que paguen todos, justos por pecadores… esto me recuerda la vez que unos dirigentes dejaron un campeonato "desierto" en Viña del Mar".
Frente a la calidad de los árbitros, Oliver dice que "el tema de la violencia tiene que ver con el mal manejo de los jueces, quienes también deben mostrar autocrítica, además, a los jugadores de Viña del Mar se nos ha caricaturizado como violentos, lo que no es cierto, porque en Valparaíso también han ocurrido hechos parecidos".
EL NIVEL DE LOS ÁRBITROS
Rodrigo Ilabaca, técnico de Forestal y también jugador de Unión Árabe, ha tratado de buscar explicaciones lógicas de lo que está ocurriendo. "Se produjo un quiebre al tratar de agilizar el juego debido a la nueva normativa de la FIBA y en lugar de dejar jugar se comenzó a permitir el juego brusco. El nivel, competencia y empatía con los jugadores por parte de los árbitros ha dejado mucho que desear", analiza.
El entrenador-jugador califica de igual forma como lamentable que jugadores pierdan con esto la posibilidad de sumar una mayor cantidad de partidos por temporada, ya que las ligas locales no son suficientes. "La pega de los jueces es súper ingrata, pero ellos tampoco han tenido criterio para aplicar las nuevas reglamentaciones, tampoco para manejar los conflictos", insiste, junto con indicar que se requieren cambios profundos y que terminar con la Ligaval ayuda a "retroceder el básquetbol local, no suma".
El Puerto también sabe de polémicas
Varios jugadores recuerdan que el año pasado, en un partido de la Liga Movistar que disputaron Sagrados Corazones con Sportiva Italiana en el Fortín Prat, un árbitro ofendió verbalmente a un jugador itálico. El afectado fue Felipe Ortega, quien reconoció que tuvo una mala reacción debido a que en una jugada "un juez se burló después que me taponearon un balón. Justo fue en un momento en que la temperatura estaba muy alta y se produjo un altercado". Por eso, aunque no quiere calificar la decisión de terminar con la Ligaval, porque "sin árbitros no se puede jugar", advierte que "algunos jueces se creen dioses, no se puede dialogar con ellos y mientras a unos jugadores no les dicen nada a otros les cobran absolutamente todo".
Diario El Mercurio de Valparaiso
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